Los españoles atravesamos unos momentos difíciles plagados de incertidumbre económica y social. A los recortes de servicios y prestaciones propias del Estado del Bienestar se suman las continuas subidas de impuestos y la falta de un claro liderazgo político, a pesar de la mayoría del Partido Popular, lleva al Gobierno a generar confusión entre los ciudadanos y en muchos ámbitos de la administración, incluso se llega al punto de confundir decisiones políticas con gestiones de funcionarios, produciendo o contribuyendo a propagar una opinión desfavorable para ellos.
Los trabajadores funcionarios de distintas profesiones son vistos por los ciudadanos de muy diversas maneras; bomberos, médicos, policías, inspectores, administrativos, técnicos, docentes y otros no son apreciados de igual forma, y lo que es peor, gracias a los “políticos”, hay ciudadanos que piensan que no hay servidores públicos y sí “aprovechadores” que se reparten los puestos y que estos van pasando de padres a hijos, de amigos a amigos, de compinches a compinches, de hermanos a hermanos.
Es verdad que hay “ilustres” apellidos que se van sucediendo en alcaldías y otras instituciones públicas, incluso en el Congreso y en el Senado, dando pie a que los ciudadanos conciban a los políticos como los prepotentes que “dicen, que hablan y gesticulan” mientras a los administrados, no nos queda otra que escucharlos, verlos y padecerlos.
Los políticos son los protagonistas de la historia y la ciudadanía somos los comparsas de su gloria. Ellos están “iluminados”, puestos al sol y los ciudadanos a la sombra. Ellos suben; nosotros bajamos. Ellos son los que cobran; nosotros los que pagamos, pagamos los impuestos y los platos rotos. Son los políticos de hoy, los que constituyen una clase política, una casta, no son los funcionarios; son los políticos quienes ordenan y mandan. Son y serán dueños y señores pero no por ello los funcionarios son sus vasallos ni sus sirvientes. Los funcionarios son y han sido mal vistos por la ciudadanía; no todos los funcionarios, claro es, pero si una mayoría, por ello no deben ser confundidos con los políticos a fin de no deteriorar su imagen; debe quedar claro las diferencias:
A los políticos se les elige a los funcionarios se les selecciona bajo los principios de Igualdad, Mérito y Capacidad. Ser funcionario es bien distinto de ser un político; es competir por una plaza tras muchas y largas jornadas de preparación y estudio durante meses e incluso años. No es por casualidad; se elige, y quien opta por ello, se prepara para servir a lo publico. Ser funcionario es formar parte de un engranaje, de un motor, siempre bajo un reglamento común de Organización y Funcionamiento, con independencia de ideología política; por y para la administración del Estado, de las autonomías o de los ayuntamientos. Ser funcionario no es un privilegio, es un servicio; es desarrollar la profesión al servicio de la administración pública con sueldos y funciones regladas y es tener vocación de servidor publico. Ser funcionario no es una “poltrona” como piensan algunos, quizás aquellos que no fueron capaces de superar las pruebas de acceso. Ser funcionario es aceptar y comprender la forma de desarrollar la profesión; el modo de ejercerla pertenece a lo publico; nada tiene que que ver con lo privado; ni en sueldos, ni en las funciones o atribuciones profesionales. Ser funcionario es servir y no servirse, es ser un trabajador en la Administración Pública, es respetar para ser respetado, nada que ver con las agrupaciones o formaciones políticas.
Recibí un correo que es muy ilustrativo para la entrada:
ResponderEliminarResulta que tenemos EL DOBLE de políticos que el segundo país con más políticos de Europa (Italia).
Resulta que tenemos 300.000 políticos más que Alemania ¡con la mitad de población! Además Alemania está mucho más descentralizada que España. Alemania cuenta con 6 niveles administrativos (Estado - Länder - Regiones Administrativas - Distritos - Mancomunidadades - Municipios) y España sólo con 4 (Estado - Comunidad Autónoma - Provincia - Municipio).
Resulta que tenemos 445.568 políticos.
165.967 médicos
154.000 policías
19.854 bomberos
Resulta que tenemos más políticos que médicos, policías y bomberos... ¡juntos! ¿Y luego lo que sobra son funcionarios? ¿lo que sobra son médicos y bomberos?